¡Jóvenes, disfruten de su juventud! ¡Sean felices con lo que es bueno! Mientras sean jóvenes, dejen que su mente guíe su vida, y hagan lo que mejor les parezca. Pero recuerden que Dios los juzgará por todos sus pensamientos y acciones.
Allí habrá una carretera, un camino llamado “El camino de la santidad”. Ningún malvado viajará por ella, sólo los que siguen el Camino. Los necios no irán por allí.
Asegúrense de observarlas, porque esto demostrará su sabiduría e inteligencia a los otros pueblos que viven allí y que las están observando. Ellos se enterarán de todas estas reglas y dirán: “La gente de esta gran nación es muy sabia y tienen inteligencia”.
Huye de todo lo que incite tus deseos juveniles. Busca las cosas justas y rectas, busca el amor y la paz así como a los que son cristianos y verdaderos.