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Referencias Cruzadas
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Oseas 4:8

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Ellos se alimentaban del pecado de mi pueblo, y estaban hambrientos de su inmoralidad.

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18 Referencias Cruzadas  

El dinero de las ofrendas por la culpa y por el pecado no se recogía para el Templo del Señor, porque pertenecía a los sacerdotes.

Aquellos que tengan manos limpias y corazones puros, que no adoran ídolos, y que no mienten bajo juramento.

Son perros codiciosos que nunca están satisfechos. Son perros pastores que no conocen su trabajo. Todos van por su cuenta, cada uno mirando por sí mismo.

“Hijo de hombre, estos hombres están adorando a los ídolos en su mente, aunque saben que esto los llevará a pecar. ¿Por qué debo responder a sus peticiones?

Cuando el pueblo de Israel o los extranjeros que viven con él adoren ídolos en su mente que los lleven a pecar y luego vengan a consultar al profeta, yo mismo, el Señor, les responderé.

Pero por el contrario han sembrado maldad y han cosechado maldad. Han comido el fruto de las mentiras, porque confiaron en su propia fuerza y en sus muchos guerreros.

Efraín dice: “Soy rico! ¡Me he enriquecido! He recibido mucho fruto de mi trabajo y nadie puede demostrar que soy culpable de ningún mal”.

Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tus pecados te han hecho caer.

Debe ser cocinado por el sacerdote que es uno de los descendientes de Aarón y que debe ser ungido para tomar su lugar. En este caso, como está asignado permanentemente al Señor, debe ser quemado completamente.

El sacerdote que ofrece la ofrenda por el pecado debe comerla. Debe comerse sin levadura en un lugar santo, el patio del Tabernáculo de Reunión.

Sus líderes juzgan por soborno y sus sacerdotes predican según el precio pagado. Aún así se apoyan en el Señor y dicen: “¿Acaso no está el Señor aquí con nosotros? ¡Nada malo puede sucedernos!”

Desearía que uno de ustedes cerrara las puertas del Templo, y así cesen sus hogueras sin sentido sobre mi altar! No estoy agradado con ustedes, dice el Señor Todopoderoso, y no aceptaré ofrendas de parte de ustedes.

Estas personas no sirven a Cristo nuestro Señor sino a sus propios apetitos, y con su forma de hablar lisonjera y palabras agradables engañan las mentes de las personas desprevenidas.

Toda su habladuría debe parar. Pues ellos causan inestabilidad en las familias, enseñando cosas que no son correctas, por interés de ganar dinero.

Pues con avaricia los explotarán a ustedes con historias falsas. Sin embargo, ellos ya están condenados: su sentencia ha estado colgando de sus cuerpos hace mucho tiempo, y su destrucción no tardará.

¿Por qué, entonces, has tratado con desprecio mis sacrificios y las ofrendas que he ordenado para mi lugar de culto? Ustedes honran más a sus hijos que a mí, se engordan ustedes con las mejores partes de todas las ofrendas de mi pueblo Israel.




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