“¿Cómo sabrán los demás que eres feliz conmigo y con tu pueblo si no nos acompañas? ¿Cómo podría alguien separarnos a mí y a tu pueblo de todos los demás pueblos que viven en la tierra?”
Ustedes serán santos para mí porque yo soy santo. Yo soy el Señor, y los he hecho un pueblo distinto de todas las demás naciones. Ustedes me pertenecen.
Él será grande a la vista del Señor. Se negará a beber vino o cualquier otra bebida alcohólica. Estará lleno del Espíritu Santo incluso antes de nacer.
Pablo se quedó por un tiempo. Entonces dejó a los creyentes de allí y partió hacia Siria, llevando consigo a Priscila y Aquila. En Cencrea mandó a afeitar su cabeza, porque había hecho un voto.
¿Qué compromiso podría existir entre el Templo de Dios con los ídolos? Pues nosotros somos Templo del Dios vivo, tal como Dios dijo: “Viviré en ellos y caminaré en medio de ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”.
A diferencia de los sumos sacerdotes humanos, él no necesita ofrecer sacrificios diarios por sus pecados y los de las personas. Él lo hizo una vez, y por todos, cuando se dio a sí mismo como ofrenda.
“No debe comer nada que provenga de la vid ni beber vino, ni ninguna otra bebida alcohólica. No debe comer nada impuro. Tu esposa debe seguir todo lo que le indiqué”.
Vas a quedar embarazada y a tener un hijo cuya cabeza no debe ser tocada por una navaja de afeitar, porque el niño será un nazareo, dedicado a Dios desde su nacimiento. Él iniciará el proceso de salvar a Israel de los filisteos”.
Finalmente, Sansón le confió todo. “Nunca me he cortado el pelo, porque estoy dedicado como nazareo a Dios desde mi nacimiento. Si me afeitan, mi fuerza me abandonará, y me volveré tan débil como cualquier otro”.