Los israelitas siguieron estas instrucciones y expulsaron a esas personas del campamento. Hicieron lo que el Señor le había dicho a Moisés que debían hacer.
El rey Uzías fue leproso hasta el día de su muerte. Vivió solo como leproso, sin poder entrar en el Templo del Señor, mientras su hijo Jotam se encargaba de los asuntos del rey y gobernaba el país.