Todas tus esposas e hijos serán entregados a los caldeos. Y tú mismo no escaparás, pues serás capturado por el rey de Babilonia, y Jerusalén será incendiada”.
El Señor le dijo a Moisés: “Pon el bastón de Aarón de nuevo delante del Testimonio, para que lo guardes allí como un recordatorio para advertir a cualquiera que quiera rebelarse, para que dejen de quejarse contra mí. De lo contrario, morirán”.
Esto es lo que tienes que hacer para que vivan y no mueran por acercarse demasiado a un objeto sagrado: Aarón y sus hijos deben entrar y decirle a cada uno de ellos lo que tienen que hacer y lo que tienen que llevar.
Pero Dios mató a algunos de los habitantes de Bet-semes porque revisaron el interior del Arca del Señor. Mató a setenta, y el pueblo se lamentó profundamente porque el Señor había matado a tantos.