Los líderes israelitas, que eran los jefes de sus familias, vinieron y dieron una ofrenda. Eran los mismos líderes de las tribus que habían trabajado en el registro de los israelitas.
Si haces una promesa al Señor tu Dios, no tardes en cumplirla, porque él definitivamente te exigirá que la cumplas y serás culpable de pecado si no lo haces.