Y los descendientes de Manasés, hombres de veinte años o más, fueron registrados por nombre según los registros genealógicos de su tribu y sus familias. Todos los hombres registrados que estaban aptos para servir en el ejército
con los mejores regalos de la tierra y de todo lo que hay en ella, junto con el aprecio de quien estaba en la zarza ardiente. Que estas bendiciones descansen en la cabeza de José como una corona para este príncipe entre sus hermanos.
Los descendientes de José se habían convertido en dos tribus, Manasés y Efraín. A los levitas no se les dio ninguna tierra, sólo ciudades para vivir y pastos para sus rebaños y manadas.