Esta es la declaración que Balaam dio: “Balac me trajo de Aram; el rey de Moab me trajo de las montañas del este. Dijo: ‘¡Ven a maldecir a Jacob por mí! Ven y condena a Israel’.
Después de él vino Eleazar, hijo de Dodai, el ahohita, uno de los Tres guerreros principales. Estaba con David cuando desafiaron a los filisteos reunidos para la batalla en Pas-damin. Los israelitas se retiraron,
Ese día inventarán un dicho para burlarse de ustedes. Con lamento burlesco les dirán: “Estamos arruinados! ¡Nuestras propiedades han sido liquidadas. Se han llevado todo, y han dado nuestros campos a los conquistadores”.
¿Acaso no se burlarán de todos estos pueblos? Los ridiculizarán diciéndoles: “¡Grande es el desastre que viene sobre ustedes los que amontonan cosas que no les pertenecen! ¡Se enriquecen ibligando a sus deudores a pagar! ¿Hasta cuándo podrás seguir haciendo esto?”
‘Escucha, ha llegado aquí un grupo de gente que ha venido de Egipto. Hay hordas de ellos. Por favor, ven inmediatamente y maldice a esta gente por mí. Tal vez así pueda luchar contra ellos y expulsarlos de mi país’”.
Dirigió su atención a los ceneos y dio esta declaración sobre ellos, diciendo, “Donde vives está seguro y protegido, como un nido en la cara de un acantilado.
Y les contó otro relato ilustrado: “El reino de los cielos es como la levadura que una mujer mezcló con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa creció”.
Los líderes judíos trataban de atraparlo porque se dieron cuenta de que la ilustración estaba dirigida a ellos, pero tenían miedo de la multitud. Así que lo dejaron solo y se fueron.
Porque no vinieron a recibiros con comida y agua en su viaje desde Egipto, y contrataron a Balaam, hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldeciros.
David le respondió al filisteo: “Tú vienes a atacarme con espada, lanza y jabalina. Pero yo vengo a atacarte en nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, del que te has burlado.