Números 22:9

Versión Biblia Libre

Dios vino a Balaam y le preguntó: “¿Quiénes son estos hombres que están contigo?”

Referencias Cruzadas

Génesis 16:8

Y le preguntó: “¿De dónde vienes, Agar, esclava de Sarai, y hacia dónde vas?” “Estoy huyendo de mi señora Sarai”, respondió Agar.

Génesis 20:3

Pero Dios se le apareció a Abimelec en un sueño, y le dijo: “¡Presta atención! Morirás, porque la mujer que has tomado ya está casada. Ella tiene un esposo”.

Génesis 31:24

Pero por la noche Dios visitó a Labán en un sueño y le dijo: “Ten cuidado con lo que le dices a Jacob. No trates de persuadirlo para que regrese, ni lo amenaces”.

Génesis 4:9

“¿Dónde está tu hermano Abel?” le preguntó el Señor a Caín. “¿Cómo podría saberlo?” respondió Caín. “¿Acaso se supone que debo ser el cuidador de mi hermano?”

Génesis 41:25

“Los sueños del faraón significan lo mismo”, respondió José. “Dios le está diciendo a Faraón lo que va a hacer.

Éxodo 4:2

El Señor le preguntó: “¿Qué tienes en la mano?” “Un bastón”, respondió Moisés.

Daniel 2:45

de la misma manera que viste la piedra extraída de la montaña, pero no por manos humanas, aplastar el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. El gran Dios ha revelado a Su Majestad lo que ha de venir. El sueño es verdadero, y la explicación es fidedigna”.

Números 22:10

Balaam le dijo a Dios: “Balac, hijo de Zipor, el rey de Moab, me envió este mensaje:

Números 22:20

Dios vino a Balaam durante la noche y le dijo, “Ya que estos hombres han venido por ti, levántate y ve con ellos. Pero sólo haz lo que yo te diga”.

Números 22:8

“Pasen la noche y les haré saber la respuesta que me da el Señor”, les dijo Balaam. Así que los líderes moabitas se quedaron allí con Balaam.

Mateo 24:24

Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas también, y harán señales y milagros increíbles para engañar a los escogidos, si fuera posible.

Mateo 7:22

Muchos me dirán el día del juicio: ‘Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos, nos sacamos demonios e hicimos muchos milagros en tu nombre?’

Juan 11:51

Él no decía esto por su propia cuenta, sino que como Sumo sacerdote en ese año, él estaba profetizando que Jesús moriría por la nación.