Los jefes de las tribus cavaron el pozo; sí, los jefes del pueblo cavaron el pozo con sus varas de autoridad y sus bastones”. Los israelitas dejaron el desierto y siguieron hasta Matanaá
Eliasib, el sumo sacerdote, y otros sacerdotes con él, comenzaron a reconstruir la Puerta de las Ovejas. La dedicaron y colocaron sus puertas. Luego siguieron construyendo hasta la Torre de los Cien y la Torre de Hananel y la dedicaron.
Pero deben quedarse aquí conmigo para que les dé todos los mandamientos y reglas que deben enseñarles a seguir en el país que les estoy dando para que lo tomen y lo posean”.