Por no haber estado allí la primera vez para llevar el Arca, el Señor, nuestro Dios, estalló en violencia contra nosotros. No la tratamos de acuerdo con sus instrucciones”.
Luego dio órdenes: “Nadie debe llevar el Arca de Dios, excepto los levitas, porque el Señor mismo los eligió para llevar el Arca del Señor y servirle para siempre”.
Mira, me pararé a tu lado junto a la roca en Horeb. Cuando golpees la roca, el agua se derramará para que la gente beba”. Así que Moisés hizo esto mientras los ancianos de Israel observaban.
Los hijos de Aarón, Nadab y Abihu, encendieron sus quemadores de incienso usando fuego ordinario y encendieron sus quemadores de incienso usando fuego ordinario y pusieron incienso, y de esta manera ofrecieron fuego prohibido en la presencia del Señor, algo que él no había autorizado.
“Toma el bastón y haz que la gente se reúna a tu alrededor. Mientras miran, tú y tu hermano Aarón ordenarán a la roca y derramará agua. Traerán agua de la roca para que el pueblo y su ganado puedan beber”.
Él te guió a través del inmenso y aterrador desierto con sus venenosas serpientes y escorpiones, una tierra seca y sin agua. Te trajo agua de una roca de pedernal.
Entonces Dios abrió una hondonada en Lejí, y salió agua de ella. Sansón bebió, recuperó las fuerzas y se sintió mucho mejor. Por eso le puso el nombre de Manantial del que clama, y hasta el día de hoy sigue allí en Lejí.