“Los israelitas deben establecer su campamento alrededor del Tabernáculo de Reunión pero a cierta distancia de él. Cada miembro de cada tribu acampará bajo su propia bandera y estandarte familiar.
Me dijo: “Hijo de hombre, aquí es donde tengo mi trono. Es mi hogar donde viviré entre los israelitas para siempre. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a deshonrarme a mí y a mi santidad con sus actos de prostitución y honrando a sus reyes muertos en sus lugares altos paganos.
Pon a los levitas a cargo del Tabernáculo y del Testimonio, así como de todo su mobiliario y de todo lo que hay en él. Ellos serán los responsables de llevar el Tabernáculo y todos sus artículos. Deben cuidarlo, y hacer su campamento alrededor de él.
Finalmente llegaron las divisiones de Dan que marcharon bajo su bandera, defendiendo la retaguardia de todos los grupos tribales, con Ahiezer, hijo de Amisadai, a cargo.
Simplemente asegúrense de que su forma de vivir corresponde a la buena noticia de Cristo de tal modo que, ya sea que los vea o no, pueda saber cómo están: que permanecen firmes y en plena armonía unos con otros, unidos en espíritu mientras trabajan juntos por la fe de la buena noticia.
Tales personas no están conectadas con la cabeza que dirige al cuerpo, que se nutre y se mantiene unido por medio de los tendones y los músculos. Cuando el cuerpo está unido, crece como Dios quiere.