El Señor le dijo a Aarón, “Escucha, te he puesto a cargo de oficiar mis ofrendas. Todas las santas contribuciones de los israelitas que traen están reservadas para ti, y esta es una regla permanente.
También ordenó al pueblo que vivía en Jerusalén que mantuviera a los sacerdotes y a los levitas para que pudieran dedicarse a estudiar y enseñar la Ley del Señor.
En cuanto se difundió el mensaje, los israelitas dieron generosamente las primicias del grano, del vino nuevo, del aceite de oliva y de la miel, así como de todas las cosechas. Trajeron abundancia, el diezmo de todo.
Aarón y sus hijos deben usarlos cuando entren a el Tabernáculo de Reunión o cuando se acerquen al altar para servir en el Lugar Santo, para que no seanhallados culpables y mueran. Esta es una ley para Aarón y sus descendientes para siempre.
Toma un poco de la sangre del altar y un poco del aceite de la unción y rociadlo sobre Aarón y sus ropas, y sobre sus hijos y sus ropas. Entonces él y sus ropas serán sagradas, así como sus hijos y sus ropas.
De ahora en adelante, cuando los israelitas levanten las ofrendas de paz al Señor, estas partes pertenecerán a Aarón y a sus hijos para siempre como una parte regular de los israelitas.
Úngelos de la misma manera que ungiste a su padre, para que también me sirvan como sacerdotes. Su unción hará que su linaje de sacerdotes sea eterno, para las generaciones futuras”.
“El sumo sacerdote tiene el lugar más alto entre los otros sacerdotes. Ha sido ungido con aceite de oliva vertido en su cabeza y ha sido ordenado para llevar la ropa sacerdotal. No debe dejar su pelo despeinado ni rasgar su ropa.
El sacerdote agitará los corderos como ofrenda mecida ante el Señor, junto con el pan de las primicias. El pan y los dos corderos son sagrados para el Señor y pertenecen al sacerdote.
Cualquiera de los descendientes masculinos de Aarón puede comerlo. Es una asignación permanente de las ofrendas de comida al Señor para las generaciones futuras. Todo lo que los toque se convertirá en sagrado”.
“Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos deben presentar al Señor cuando sean ungidos: una décima parte de una efa de la mejor harina como ofrenda de grano habitual, la mitad por la mañana y la mitad por la tarde.
Moisés tomó entonces parte del aceite de la unción y parte de la sangre del altar. Roció ambos sobre las ropas de Aarón y sus hijos. Así es como dedicó las ropas de Aarón y sus hijos.
Parte de las ofrendas más sagradas tomadas de los holocaustos son tuyas. Parte de todas las ofrendas que me dan como ofrendas sagradas, ya sean ofrendas de grano o de pecado o de culpa, esa parte pertenece a ti y a tus hijos.
¿No saben que los que trabajan en los templos reciben sus alimentos de las ofrendas del templo, y los que sirven en el altar reciben su porción del sacrificio que está sobre él?
entonces el Señor su Dios elegirá un lugar donde vivir con ustedes. Allí es donde llevarán todo lo que les he ordenado hacer: sus holocaustos y sacrificios, sus diezmos y ofrendas voluntarias, y todos los regalos especiales que prometan darle al Señor.
Llevarás allí tus holocaustos y sacrificios, tus diezmos y todas tus ofrendas, tus ofrendas voluntarias y las ofrendas para cumplir una promesa, junto con los primogénitos de tus rebaños y manadas.
Los sacerdotes levitas, de hecho toda la tribu de Leví, no tendrán una participación en la asignación de tierras con los otros israelitas. Deben comer de las ofrendas de comida presentadas al Señor, que es lo que tienen derecho a recibir.
Entonces harás esta declaración en presencia del Señor tu Dios: “He traído el santo diezmo y se lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a las viudas como me ordenaste. No he roto ni olvidado tus mandamientos.
Tú amas lo recto, y aborreces el desorden. Es por eso que Dios, tu Dios, te ha puesto por encima de todos los demás, ungiéndote con el aceite del gozo”.
Pero el ungimiento que recibieron de él por medio del Espíritu vive en ustedes, y no necesitan que nadie los enseñe. El ungimiento del Espíritu les enseña todas las cosas. Esa es la verdad. No es una mentira. Así que vivan en Cristo, como se les ha enseñado.