“Un sacerdote descendiente de Aarón acompañará a los levitas cuando recojan el diezmo, y los levitas deberán llevar un diezmo de estos diezmos a las salas del almacén del Templo de nuestro Dios.
De ahora en adelante, cuando los israelitas levanten las ofrendas de paz al Señor, estas partes pertenecerán a Aarón y a sus hijos para siempre como una parte regular de los israelitas.
Lo mejor de todas las primicias y de todas sus ofrendas es para los sacerdotes. El primer pan que hornees se lo darás al sacerdote, para que tu casa sea bendecida.
No comas pan, grano tostado o grano nuevo hasta el momento en que lleves esta ofrenda a tu Dios. Esta norma es para siempre y para las futuras generaciones en todos los lugares donde vivas.
“Habla con los levitas y explícales: ‘Cuando recibas de los israelitas el diezmo que te he dado como compensación, debes devolver parte de él como ofrenda al Señor: un diezmo del diezmo.