Números 14:2

Versión Biblia Libre

Todos los israelitas fueron y se quejaron a Moisés y Aarón, diciéndoles: “¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto, o aquí en este desierto!

Referencias Cruzadas

1 Reyes 19:4

y se adentró un día más en el desierto. Se sentó bajo un arbusto y pidió morir. “Ya estoy harto, Señor”, dijo. “¡Toma mi vida! No soy mejor que mis antepasados”.

Job 3:11

“¿Por qué no nací muerto? ¿Por qué no morí al nacer?

Salmos 106:24

Más tarde el pueblo se rehusó a entrar a la tierra prometida; no confiaron en que Él cumpliría lo que había prometido.

Salmos 106:25

Hablaban en sus tiendas sobre el Señor, y se rehusaron a obedecer lo que les había ordenado.

Salmos 106:45

Recordó el pacto que había hecho con ellos, y se contuvo por gran bondad y amor.

Éxodo 14:11

Se quejaron a Moisés: “¿No había tumbas en Egipto que nos tuvieras que traer aquí en el desierto para morir? ¿Qué nos has hecho al hacernos salir de Egipto?

Éxodo 15:24

Entonces el pueblo se quejó a Moisés, preguntando: “¿Qué vamos a beber?”

Éxodo 17:3

Pero el pueblo estaba tan sediento de agua que se quejó a Moisés, diciendo: “¿Por qué tuviste que sacarnos de Egipto? ¿Intentas matarnos a nosotros y a nuestros hijos y ganado de sed?”

Jonás 4:3

¡Así que mejor mátame ahora, Señor, porque preferiría eso que vivir!”

Jonás 4:8

Entonces, cuando el sol salió en lo alto, Dios mandó un viento del este, y el sol quemó la cabeza de Jonás, por lo que Jonás desmayaba y deseaba morir. “¡Prefiero morir que estar vivo!” dijo.

Números 11:1

No pasó mucho tiempo antes de que la gente empezara a quejarse de lo mucho que estaban sufriendo. Cuando el Señor escuchó lo que decían, se enfadó. El fuego del Señor los quemó, destruyendo algunos que iban por los extremos del campamento.

Números 11:15

Si esta es la forma en que me vas a tratar, entonces por favor mátame ahora para no tener que enfrentarme a esta depresión que me abruma. Por favor, concédeme esta petición”.

Números 11:5

Recuerden todo el pescado que comíamos en Egipto y que no nos costaba nada, así como los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y el ajo.

Números 14:1

Entonces todos los que estaban allí gritaron toda la noche.

Números 14:22

ni uno solo de los que vieron mi gloria y los milagros que hice en Egipto y en el desierto, sino que me provocaron y se negaron a obedecerme una y otra vez;

Números 16:13

¿No has hecho suficiente alejándonos de una tierra que fluye leche y miel para matarnos aquí en el desierto? ¿También tienes que hacerte un dictador y gobernante?

Números 16:41

Al día siguiente todos los israelitas se quejaron a Moisés y Aarón, diciendo: “¡Han matado al pueblo del Señor!”

Números 17:6

Moisés explicó esto a los israelitas, y cada uno de sus líderes le dio un bastón, uno para cada uno de los líderes de sus tribus. Así que había doce bastones incluyendo el de Aarón.

Números 20:2

Sin embargo, allí no había agua para que nadie bebiera, así que la gente se reunió para enfrentarse a Moisés y Aarón.

Números 20:3

Discutieron con Moisés, diciendo: “¡Si hubiéramos muerto con nuestros parientes en la presencia del Señor!

Números 20:4

¿Por qué has traído al pueblo del Señor a este desierto para que nosotros y nuestro ganado muramos aquí?

Números 21:5

y se quejó contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Por qué nos sacaste de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y odiamos esta horrible comida!”

1 Corintios 10:10

No se quejen de Dios, como algunos lo hicieron, y murieron en manos del ángel destructor.

Deuteronomio 1:27

Se quejaron en sus tiendas y dijeron: “Parece que el Señor nos odia, y nos sacó de Egipto para entregarnos a los amorreos para ser aniquilados.

Deuteronomio 9:23

Cuando el Señor los hizo salir de Cades-barnea, les dijo: “Vayan y tomen el país que les he dado”. Pero ustedes desafiaron la orden del Señor su Dios. No le creyeron y no le obedecieron.

Hebreos 3:16

¿Quién se rebeló contra Dios aun habiendo oído lo que él dijo? ¿No fueron acaso los que fueron sacados de Egipto por Moisés?

Judas 1:16

Tales personas son gruñonas, que siempre están quejándose. Siguen sus propios deseos malos, y hablan con jactancia de sí mismos, y halagan a otros para lograr sus propios fines.