Llamaron a ese lugar Quibrot-Hatavá, porque allí enterraron a la gente que tenía estos intensos antojos de comida.
Dios se enojó con ellos e hizo morir a los hombres más fuertes, derribándolos en plena juventud.
Luego se trasladaron de Quibrot-Hataváhacia Jazerot, donde permanecieron durante algún tiempo.
Se fueron del desierto del Sinaí y acamparon en Kibroth-hataava.
Se mudaron de Kibroth-hattaavah y acamparon en Hazerot.
Ahora, estas experiencias sirven como ejemplo para nosotros, para demostrarnos que no debemos desear lo malo, como lo hicieron ellos.
Pero siguieron provocando al Señor en Tabera, en Masá y en Quibrot-hatavá.