Estos eran los descendientes de Leví por familias, los jefes de familia enumerados individualmente por su nombre: los que tenían veinte años o más y servían en la casa del Señor.
Cuando llegue el momento de trasladar el Tabernáculo, los levitas lo bajarán, y cuando llegue el momento de acampar, los levitas lo levantarán. Cualquier forastero que se acerque al Tabernáculo debe ser condenado a muerte.
Siendo que estamos recibiendo un reino inconmovible, tengamos una actitud llena de gracia, para que sirvamos a Dios de una manera que le agrade, con reverencia y respeto.
Cristo ha venido como sumo sacerdote de todas las buenas experiencias que ahora tenemos. Entró a un tabernáculo más grande y completo que no fue hecho por manos humanas, ni es parte de este mundo creado.