Cuando los israelitas lo vieron, se preguntaron “¿Qué es?” porque no tenían ni idea de lo que era. Así que Moisés les explicó, “Es el pan que el Señor ha provisto para que coman.
Los israelitas comieron maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra en la que se asentarían; comieron maná hasta que llegaron a la frontera de Canaán.
Entonces Moisés continuó: “El Señor les dará esta tarde carne para comer y por la mañana todo el pan que quieran, porque ha oído sus quejas contra él. ¿Por qué se queja ante nosotros, nadie? Tus quejas no están dirigidas contra nosotros, sino contra el Señor”.
Deben observar el Festival de los Panes sin Levadura como se los he instruído. Deben comer pan sin levadura durante siete días en el momento apropiado en el mes de Abib, porque ese fue el mes en que saliste de Egipto. Nadie puede venir delante mí sin traer una ofrenda.
Te humilló y, cuando tuviste hambre, te dio a comer maná, que nadie, ni siquiera tú y tus antepasados, había tenido antes. Esto fue para dejarte claro que los seres humanos no viven sólo de comer pan, sino de toda palabra que sale de la boca del Señor.