Mateo 10:3

Versión Biblia Libre

Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el recaudador de impuestos, Santiago el hijo de Alfeo, Tadeo,

Referencias Cruzadas

Mateo 18:17

Si aun así él se niega a escucharte, entonces dilo a la iglesia. Si se niega a escuchar a la iglesia, entonces trátalo como a un extranjero y recaudador de impuestos.

Mateo 27:56

Entre estas estaba María Magdalena, María la madre de Jesús, María la madre de Santiago y José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Mateo 9:9

Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo que estaba sentado en su cabina de cobro de impuestos. Jesús lo llamó diciéndole “Sígueme”. Entonces él se levantó y siguió a Jesús.

Marcos 15:40

Había algunas mujeres mirando a la distancia, incluyendo a María Magdalena, María la madre de Santiago (el menor) y José, y Salomé.

Marcos 2:14

Mientras caminaba, vio a Leví, el hijo de Alfeo, sentado en la mesa de los recaudadores de impuestos. “Sígueme”, le dijo Jesús. Entonces Leví se levantó y siguió a Jesús.

Marcos 3:18

Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el revolucionario,

Lucas 18:10

“Había dos hombres orando en el Templo. Uno de ellos era un Fariseo, y el otro era un recaudador de impuestos.

Lucas 18:11

El Fariseo estaba en pie y oraba, diciendo: ‘Dios, te agradezco porque no soy como otras personas, como los ladrones o criminales, adúlteros, o incluso como este recaudador de impuestos.

Lucas 18:13

“Pero el recaudador de impuestos se quedó a la distancia. Ni siquiera era capaz de mirar al cielo. En lugar de ello golpeaba su pecho y oraba: ‘Dios, por favor, ten misericordia de mí. Soy un pecador’.

Lucas 19:2

Había allí un hombre llamado Zaqueo, quien era jefe entre los recaudadores de impuestos. Era un hombre muy rico.

Lucas 5:27

Más tarde, cuando Jesús ya se marchaba de la aldea, vio a un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en su cabina de cobros de impuestos. “Sígueme”, le dijo Jesús.

Juan 1:48

“¿Cómo sabes quien soy yo?” preguntó Natanael. “Te vi bajo aquella higuera, antes que Felipe te llamara”, respondió Jesús.

Juan 11:16

Tomás, el gemelo, dijo a sus condiscípulos: “Vayamos también para que muramos con él”.

Juan 14:22

Judas (no Iscariote) respondió: “Señor, ¿por qué te revelarás a nosotros y no al mundo?”

Juan 14:5

Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos conocer el camino?” .

Juan 14:9

Jesús respondió: “He estado con ustedes por tanto tiempo, Felipe, ¿y sin embargo aún no me conoces? Todo el que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decir ‘muéstranos al Padre’?

Juan 21:2

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás el gemelo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.

Hechos 1:13

Cuando llegaron, subieron las escaleras del lugar donde posaban hasta la habitación de arriba. Allí estaba Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomeo y Mateo; Santiago el hijo de Alfeo, Simón el Celote, y Judas, el hijo de Santiago.

Hechos 12:17

Pedro levantó su mano para indicarles que guardaran silencio, y entonces les explicó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. “Hagan saber de esto a Santiago y a los hermanos”, les dijo, y luego se marchó a otro lugar.

Hechos 15:13

Después que terminaron de hablar, Santiago tomó la palabra, diciendo: “Hermanos, escúchenme.

Hechos 21:18

Al día siguiente Pablo fue con nosotros a ver a Santiago y todos los líderes de la iglesia estaban allí.

Gálatas 1:19

Tampoco vi a otros apóstoles, excepto a Santiago, el hermano del Señor.

Gálatas 2:9

y cuando reconocieron también la gracia que me había sido dada, entonces Santiago, Pedro y Juan, quienes llevaban la responsabilidad de ejercer el liderazgo de la iglesia, estrecharon sus manos conmigo y Bernabé, aceptándonos como sus compañeros de trabajo.

Santiago 1:1

Esta carta viene de parte de Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo. Es enviada a las doce tribus dispersas en el extranjero. ¡Mis mejores deseos para ustedes!

Judas 1:1

Esta carta viene de parte de Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Santiago. Escribo a los que son llamados y amados por Dios, el Padre, y que son guardados a salvo por Jesucristo: