Los discípulos salieron y predicaron la Buena Noticia en todos lados, y el Señor obraba por medio de ellos, confirmando el mensaje por medio de muchos milagros.
Como resultado de ello, la gente traía a los enfermos a las calles y los acostaban allí en sus camas y alfombrillas para que la sombra de Pedro cayera sobre ellos al pasar por ahí.