Mientras caminaban, un hombre le dijo a Jesús: “¡Te seguiré a dondequiera que vayas!”
Todos respondieron: “Prometemos hacer todo lo que el Señor diga”. Entonces Moisés llevó la respuesta del pueblo al Señor.
Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús decidió con determinación ir a Jerusalén.
Entonces siguieron hasta la siguiente aldea.
“Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora?” preguntó Pedro. “Entregaré mi vida por ti”.