Entonces el rey le dijo al hombre de Dios: “Por favor, ruega al Señor, tu Dios, que me devuelva la mano”. El hombre de Dios suplicó al Señor, y el rey recuperó el uso de su mano como antes.
Sí, esto es lo que dice el Señor Dios: He hablado apasionadamente contra esas otras naciones y contra todos los edomitas, que se apoderaron de mi país y lo hicieron suyo, celebrando alegremente mientras saqueaban la tierra y me trataban con total desprecio.
No. Amen a sus enemigos, háganles el bien, y presten sin esperar que les paguen. Entonces recibirán una gran recompensa, y ustedes serán los hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los malvados.
No paguen mal por mal, ni reclamen cuando otros sean abusivos, sino bendíganlos, porque a eso fueron llamados, para que puedan recibir bendiciones ustedes mismos también.