Cuánto pesar por los que ahora están saciados, porque estarán hambrientos. Cuánto pesar por ustedes los que ahora ríen, porque llorarán y se lamentarán.
Pero este pueblo también bebe tanto vino y cerveza que se balancea de un lado a otro y tropieza. Incluso los sacerdotes y los profetas se tambalean, con la mente confundida por la cerveza y el vino. A causa de la bebida, se confunden con las visiones y se equivocan al tomar decisiones.
Así que esto es lo que dice el Señor: Mis siervos comerán, pero ustedes tendrán hambre. Mis siervos beberán, pero ustedes tendrán sed. Mis siervos festejarán, pero ustedes se avergonzarán.
La gente destruye a los que están a su diestra, pero siguen teniendo hambre de más; luego destruyen a los que están a su siniestra, pero siguen sin estar satisfechos. Al final incluso se destruyen a sí mismos!
Convertiré sus festivales en tiempos de luto, y sus canciones alegres en lamentos. Yo haré que vistan silicio y que se afeiten sus cabezas. Haré que el luto sea como cuando muere su único hijo. Al final, será un día amargo.
Ellos se enredan como los que quedan atrapados en medio de arbustos con espinas; como borrachos que han bebido y se han embriagado. Serán quemados por completo como la paja seca.
Las conversaciones obscenas, las charlas necias, y los chistes con doble sentido son totalmente inapropiados. Por el contrario, deberían dar gracias a Dios.
Cuando la gente hable de paz y seguridad, de repente vendrá destrucción sobre ellos. Será como el inicio repentino de los dolores de parto, y ciertamente no escaparán.
Los que tenían mucha comida ahora tienen que trabajar para ganarse un mendrugo, mientras que los que tenían hambre ahora han engordado. La mujer que no tenía hijos ahora tiene siete, mientras que la que tenía muchos se desvanece.