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Referencias Cruzadas
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Lucas 4:2

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donde fue tentado por el diablo por cuarenta días. No comió nada durante todo ese tiempo, así que al final ya tenía mucha hambre.

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16 Referencias Cruzadas  

Me aseguraré de que tú y tus hijos, así como la mujer y sus hijos sean enemigos. Uno de sus hijos aplastará tu cabeza, y tú herirás su talón”.

Así que se levantó, comió y bebió, y con la fuerza que le dio la comida pudo caminar cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte Horeb, la montaña de Dios.

“Haz que todos los judíos de Susa se reúnan y ayunen por mí. No coman ni beban nada durante tres días y tres noches. Yo y mis doncellas también ayunaremos. Después iré a ver al rey, aunque sea contra la ley, y si muero, que muera”.

Moisés subió a la nube cuando subió a la montaña, y permaneció en la montaña durante cuarenta días y noches.

Moisés pasó allí cuarenta días y cuarenta noches con el Señor sin comer pan ni beber agua. Escribió en las tablas las palabras del acuerdo, los Diez Mandamientos.

Entonces el rey y los nobles emitieron un mensaje a todo el pueblo de Nínive: “Ninguna persona, animal, rebaño de ovejas o bueyes comerá ni beberá nada.

A la mañana siguiente, mientras caminaba de regreso a la ciudad, Jesús sintió hambre.

Después de haber ayunado por cuarenta días y cuarenta noches, tenía hambre.

El diablo le dijo: “Si eres el hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan”.

Allí estaba el pozo de Jacob, y Jesús, estando cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era medio día.

Luego me acosté en el suelo ante el Señor durante cuarenta días y cuarenta noches, como lo había hecho antes. No comí ni bebí nada por todos los pecados que habías cometido al hacer lo que era malo ante los ojos del Señor, haciéndole enfadar.

Así que me acosté en tierra ante el Señor durante cuarenta días y cuarenta noches, porque el Señor había amenazado con destruirlos.

Fue entonces cuando subí a la montaña para recibir las tablas de piedra, las tablas que registraban el acuerdo que el Señor hizo contigo. Permanecí en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, y no comí ni bebí nada.

Y como él mismo sufrió la tentación, puede ayudar a los que son tentados.

Pues el sumo sacerdote que tenemos no es uno que no pueda entender nuestras debilidades, sino uno que fue tentado de la misma forma que nosotros, pero no pecó.

Todas las mañanas y las tardes, durante cuarenta días, el filisteo salió y se puso en pie en el mismo lugar.




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