Entonces les dijo a las multitudes que se sentaran en la hierba. Luego tomó los cinco panes y los dos peces, miró al cielo y los bendijo. Después de esto, partió los panes en pedazos y dio el pan a los discípulos, y los discípulos lo daban a las multitudes.
Entonces tomó los siete panes y los peces, y después de bendecir la comida, la partió en trozos y la dio a los discípulos, y los discípulos la daban a la multitud.
Mientras comían, Jesús tomó del pan y lo bendijo. Entonces lo partió y lo repartió entre los discípulos. “Tomen este pan y cómanlo porque este es mi cuerpo”, dijo Jesús.
Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos peces. Mirando al cielo bendijo el alimento y partió el pan en pedazos. Entonces lo entregó a los discípulos para que lo repartieran entre las personas, y dividió los peces entre todos ellos.
Entonces pidió a la multitud que se sentaran en el suelo. Luego tomó los siete panes y dio gracias. Partió el pan y entregó los trozos de pan a sus discípulos para que los dieran a la multitud.
Luego tomó el pan, y después de haber dado gracias, lo partió en pedazos y lo compartió con ellos. “Este es mi cuerpo que es entregado a ustedes; hagan esto en memoria de mí”, les dijo Jesús.
Pero ellos le instaron a quedarse, diciendo: “Por favor, ven y quédate con nosotros. Se hace tarde y el día ya se acaba”. Entonces él entró a quedarse con ellos.
Entonces los que acababan de llegar explicaron a los discípulos lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan.
Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, y alzando su vista al cielo, bendijo el alimento y lo partió en pedazos. Y continuó entregando el alimento a los discípulos para que lo compartieran con la gente.
Jesús tomó el pan, dio gracias, y lo repartió entre las personas que estaban ahí sentadas. Luego hizo lo mismo con los peces, asegurándose de que todos recibieran tanto como querían.
Día tras día siguieron reuniéndose en el Templo, y comían juntos en sus casas. Disfrutaban de las comidas con humildad y alegría. Alababan a Dios, y todos pensaban bien de ellos.