Para esta hora ya era medio día y una oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde.
Hundió la nación en densas tinieblas, porque ¿acaso no se habían opuesto a lo que el Señor había dicho?
El sol se oscurecerá, y la luna se pondrá roja como la sangre, a medida que se aproxima el grande y terrible día del Señor”.
¡Cuán desastroso será para ustedes los que anhelan la llegada del día del Señor! ¿Por qué desean que venga ese día? Traerá oscuridad y no luz.
Ese día, declara el Señor, yo hare que el sol se ponga al medio día, y que la tierra se oscurezca en horas del día.
Desde el medio día hasta las tres de la tarde hubo tinieblas en todo el país.
y las tumbas se abrieron. Muchos de los que habían vivido de manera justa y habían muerto, fueron levantados a la vida.
Cuando el centurión que estaba frente a Jesús vio cómo murió, dijo: “Este hombre era de verdad el Hijo de Dios”.
Era casi la tarde del día de preparación para la Pascua. “Miren, aquí tienen a su rey”, le dijo a los judíos.
El sol se oscurecerá, y la luna se pondrá roja como la sangre antes de que llegue el día grande y glorioso del Señor.