Mientras los soldados se lo llevaban, agarraron a un hombre llamado Simón, de Cirene, quien venía del campo. Pusieron la cruz sobre él y lo hicieron cargarla detrás de Jesús.
La iglesia de Antioquía tenía profetas y maestros: Bernabé, Simón (llamado el Negro), Lucio de Cirene, Manaén (amigo de la infancia de Herodes, el tetrarca), y Saulo.
Pero algunos comenzaron a discutir con él. Eran de la sinagoga llamada “de los libertos”, y también había algunos de Cirene, Alejandría y gente de Cilicia y de Asia menor.