“¿Qué quieres que yo haga por ti?” “Señor, por favor, quiero ver”, le suplicó.
Jesús se detuvo y les dijo que trajeran al hombre ciego. Cuando vino, Jesús le preguntó:
“¡Entonces recibe la vista!” le dijo Jesús. “Tu fe en mí te ha sanado”.
Como nosotros esperamos lo que no hemos visto todavía, esperamos pacientemente por ello.
No se preocupen por nada, sino oren a Dios por todas las cosas, y explíquenle lo que necesitan, y agradézcanle por todo lo que él hace.