Cuando José vio que Benjamín estaba con ellos, le dijo al encargado de su casa: “Lleva a estos hombres a mi casa. Maten un animal y preparen una comida, porque van a comer conmigo al mediodía”.
David se levantó del suelo, se lavó, se puso aceites perfumados y se cambió de ropa. Luego fue a la casa del Señor y adoró. Después volvió a su casa y pidió algo de comer. Entonces le sirvieron una comida que él comió.
Cuán bueno será para los siervos a quienes el maestro encuentre despiertos cuando él regrese. ¡Les aseguro que el maestro se vestirá, los mandará a sentarse para comer, y él mismo les servirá a ellos!