Ningún siervo puede obedecer a dos señores. O aborrecerá a uno y amará al otro, o será fiel a uno y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y al dinero a la vez”.
Nadie puede servir a dos amos. Odiarán a uno y amarán al otro, o serán devotos a uno y despreciarán al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y al dinero a la vez.
“Si quieren seguirme pero no aborrecen a su padre y a su madre, a su esposa e hijos, a sus hermanos y hermanas—incluso sus propias vidas—no pueden ser mis discípulos.
¡Adúlteros! ¿No se dan cuenta que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios? Los que quieren ser amigos del mundo se convierten en enemigos de Dios.
Pero si no quieren adorar al Señor, ¡elijan hoy a quién quieren adorar! ¿Adorarána los dioses que adoraron sus antepasados más allá del Éufrates? ¿O a los dioses de los amorreos en cuya tierra viven ahora? Pero yo y mi familia adoraremos al Señor”.