Sin embargo, el día del Señor vendrá, y será inesperadamente, como la venida de un ladrón. Los cielos explotarán con un rugido atronador, y los elementos se destruirán al ser consumidos. La tierra y todo lo que hay en ella se desvanecerá.
(¡Estén atentos! Vendré como un ladrón. Benditos los que están vigilantes, y han alistado sus ropas para no tener que salir desnudos y ser avergonzados).
“Así que acuérdense de cómo recibieron este mensaje, y lo que escucharon. Observen lo que se les enseñó, y arrepiéntanse. Si no están alerta, vendré inesperadamente, como un ladrón, y no sabrán a qué hora vendré.