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Referencias Cruzadas
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Lucas 12:19

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Entonces podré decirme a mí mismo: Tienes suficiente para vivir por muchos años, así que relájate, come, bebe y diviértete’.

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39 Referencias Cruzadas  

“La vida es corta y está llena de problemas,

Ellos se felicitan entre ellos por sus posesiones, las personas siempre te alabarán cuando hagas las cosas bien,

No confíen en el dinero que es producto de la extorsión y el robo. No se enorgullezcan de su riqueza incluso si es producto del éxito. No hagan del dinero su razón de vivir.

La riqueza que se obtiene de hacer el mal no trae ningún beneficio. Pero vivir con rectitud te salvará de la muerte.

Los sabios son recompensados con riqueza, pero los necios reciben estupidez como pago.

Los ricos ven la riqueza como una ciudad fortificada. Es como un muro alto en su imaginación.

La riqueza desaparece en un abrir y cerrar de ojos, abriendo repentinamente alas, y volando al cielo como el águila.

No te jactes de lo que harás mañana, porque no sabes lo que traerá el día.

¡Jóvenes, disfruten de su juventud! ¡Sean felices con lo que es bueno! Mientras sean jóvenes, dejen que su mente guíe su vida, y hagan lo que mejor les parezca. Pero recuerden que Dios los juzgará por todos sus pensamientos y acciones.

Entonces, ¿qué es lo mejor que puedes hacer? Comer, beber y disfrutar de tu trabajo, reconociendo como yo que estas cosas nos son dadas por Dios,

Pero lugar de eso siguen con sus fiestas alegres. Sacrifican el ganado y las ovejas para poder hacer sus fiestas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: “¡Comamos y bebemos, porque mañana vamos a morir!”

La tragedia llega a ustedes que se levantan temprano por la mañana con ganas de beber, y que se quedan hasta tarde bebiendo vino hasta emborracharse.

La tragedia se acerca a ti, que compras casa sobre casa y campo sobre campo, acumulándolos hasta que nadie tenga dónde vivir y tú puedas vivir solo en la tierra.

“Vamos”, dicen, “¡traigo vino y nos emborrachamos! ¡Haremos esto hoy, y mañana beberemos mucho más!”

Efraín dice: “Soy rico! ¡Me he enriquecido! He recibido mucho fruto de mi trabajo y nadie puede demostrar que soy culpable de ningún mal”.

Con alegría celebran su conquista en Lodebar, y dicen “¿Acaso no capturamos a Carnáin con nuestra propia fuerza?”

Adoran sus redes como si fueran sus dioses, hacienda sacrificios y quemando incienso para ellos, porque con sus redes pueden vivir en medio de lujos, comiendo comida rica.

‘Ya sé lo que haré’, concluyó. ‘Derribaré mis graneros y construiré unos más grandes, y luego podré guardar todas las cosechas y todas mis posesiones.

“Había un hombre que era rico. Él usaba ropas púrpura y linos finos, y disfrutaba una vida de lujos.

“Estén alerta para que no se distraigan en fiestas o emborrachándose o por las preocupaciones de esta vida, y entonces este día los tome por sorpresa como si fuera una trampa.

Humanamente hablando, ¿qué ganaría yo discutiendo con las personas que están en Éfeso, que son como bestias salvajes, si los muertos no resucitan? Si es así, entonces “¡comamos y bebamos, que mañana moriremos”!

Ellos terminarán completamente perdidos, pues estas personas tienen como “dios” sus propios deseos físicos y están orgullosos de cosas que deberían avergonzarles, pues piensan solo en las cosas de este mundo.

Pero una viuda que solo se concentra en agradarse a sí misma, ya está muerta, aunque esté viva físicamente.

Advierte a los que son ricos en el mundo presente para que no se vuelvan orgullosos. Diles que no pongan su fe en la riqueza que es tan efímera, sino en Dios, quien nos da gratuitamente todo para nuestro deleite.

y engañarán a otros, con total desconsideración. Son personas absurdamente vanidosas, que viven con tanto interés por el placer que no se preocuparán por amar a Dios.

Han disfrutado una vida de lujos aquí en la tierra, llenos de placer y autocomplacencia, engordándose para el día del sacrificio.

En el pasado vivieron mucho tiempo siguiendo los caminos del mundo: inmoralidad, complacencia sexual, orgías, fiestas, borracheras, e idolatría abominable.

Devuélvanle la misma medida de su jactancia y su lujuria en angustia y dolor. Ella decía para sí: ‘Yo reino como una reina. No soy viuda; nunca tendré de qué lamentarme’.

Entonces llevó a David hasta donde los amalecitas, quienes estaban esparcidos por todo el lugar, comiendo, bebiendo y bailando debido al gran botín que habían tomado de las tierras de los filisteos y de Judá.




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