desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, quien fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, yo les aseguro que esta generación será responsable de ello.
Así que tienes que decirles: “Esta es la nación que se negó a escuchar lo que dijo el Señor, su Dios, y no quiso aceptar la disciplina del Señor. La verdad se ha extinguido; la gente ni siquiera habla de ella.
Como consecuencia de ello, ustedes tendrán que dar cuenta de la sangre de todas las personas buenas que se ha derramado sobre la tierra: desde la sangre de Abel, que hizo lo correcto, hasta la sangre de Zacarías, el hijo de Berequías, a quien ustedes mataron entre el Templo y el altar.
Por la fe en Dios Abel ofreció a Dios mejor sacrificio que Caín, y por eso Dios lo señaló como alguien que vivía rectamente. Dios lo demostró al aceptar su ofrenda. Aunque Abel ha estado muerto por mucho tiempo, todavía Dios nos habla por medio de lo que él hizo.