Si comes algo de la carne de tu ofrenda de paz al tercer día, no será aceptada. No recibirás crédito por ofrecerla. De hecho, será tratada como algo asqueroso, y cualquiera que la coma será responsable de su culpa.
Y Pedro les dijo: “Sin duda alguna, ustedes saben que no se le permite a un judío reunirse o visitar extranjeros. Pero Dios me ha mostrado que no me corresponde a mí llamar impuro o inmundo a ninguno.
Yo estoy seguro—persuadido por el Señor Jesús—que nada es, en sí mismo, ceremonialmente impuro. Pero si alguno considera que es impuro, para él es impuro.
A los que tienen mentes puras, todo les parece puro; pero para los que son corruptos y se niegan a creer en Dios, nada es puro. Porque tanto sus mentes como sus conciencias están corrompidas.