Sigo mostrando mi amor fiel a miles de personas, perdonando la culpa, la rebelión y el pecado. Pero no dejaré a los culpables impunes, el impacto del pecado afectará no sólo a los padres, sino también a sus hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación”.
Vengan y discutamos esto, dice el Señor. Aunque sus pecados sean como la grana, se volverán blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, se convertirán como la blanca lana.
Le quitará toda su grasa como la grasa de las ofrendas de paz y la quemará en el altar y será aceptada por el Señor. De esta manera el sacerdote expiará el pecado del hombre y será perdonado.
El sacerdote debe entonces preparar la segunda tórtola como holocausto según las normas. De esta manera el sacerdote te justificará por tus pecados, y serás perdonado.
Así es como el sacerdote expiará cualquiera de estos pecados que hayas cometido, y serás perdonado. El resto de la ofrenda pertenecerá al sacerdote, al igual que la ofrenda de grano”.
Debes llevar al sacerdote un carnero sin defectos y de valor apropiado como ofrenda de culpabilidad. Entonces expiará por ti el mal que hiciste en la ignorancia, y serás perdonado.
¿Quién es un Dios como tú, que perdona el pecado y olvida la rebelión de los que aún quedan en su pueblo especial? Tu no persistes en tu enojo, pues te deleitas en mostrar amor incondicional.
Esa es la razón por la que les digo que cada pecado y blasfemia que ustedes cometan será perdonada, excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo, la cual no será perdonada.