Lavarás las entrañas y las piernas con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar como una ofrenda quemada, una ofrenda de comida, para ser aceptada por el Señor.
El Señor aceptó tal sacrificio, y dijo para sí mismo: “No volveré a maldecir a la tierra por culpa de los seres humanos, aunque cada uno de sus pensamientos sea perverso desde su niñez. Y no volveré a destruir a los seres vivos como lo acabo de hacer.
También hizo diez pilas sobre carros para lavar. Colocó cinco en el lado sur y cinco en el norte. Se usaban para limpiar lo que se usaba en los holocaustos, pero el Mar lo usaban los sacerdotes para lavarse.
Después de que los conduje a la tierra que les había prometido dar, en cualquier monte alto o bajo cualquier árbol frondoso que veían allí ofrecían sus sacrificios paganos y presentaban ofrendas a los ídolos que me hacían enojar, quemando su incienso de olor dulce y derramando sus libaciones.
“Cuando los traiga de vuelta de entre las naciones y los reúna de los países donde estaban dispersos, los aceptaré como una ofrenda digna para mí. Revelaré mi santidad a través de ustedes para que las naciones la vean.
Lavarás las entrañas y las piernas con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar como un holocausto, una ofrenda de comida, para ser aceptada por el Señor.
Lo abrirá por las alas, pero no completamente. El sacerdote lo quemará en el altar, sobre la madera ardiente. Es una ofrenda quemada, una ofrenda de comida, agradable Señor”.
y llévaselo a los hijos de Aarón, los sacerdotes. El sacerdote tomará un puñado de la mezcla de harina y aceite de oliva, así como todo el incienso, y lo quemará como un ‘recordatorio’ en el altar, una ofrenda de comida, agradable al Señor.
Los hijos de Aarón deben quemar esto en el altar sobre la ofrenda quemada que está sobre la madera ardiente, como una ofrenda de comida, agradable al Señor.
Le quitará toda su grasa como la grasa de las ofrendas de paz y la quemará en el altar y será aceptada por el Señor. De esta manera el sacerdote expiará el pecado del hombre y será perdonado.
Lavó las entrañas y las piernas con agua y quemó todo el carnero en el altar como una ofrenda quemada, una ofrenda de comida para ser aceptada por el Señor, como el Señor le había ordenado a Moisés.
Después de esto, Moisés los tomó y los quemó en el altar con el holocausto. Esta era una ofrenda de ordenación, una ofrenda de comida para ser aceptada por el Señor.
¡Levántate, espada mía! ¡Ataca a mi pastor, al hombre que ha estado junto a mi! declara el Señor. Golpea al pastor y las ovejas serán dispersas, y yo levantaré mi mano contra los corderos.
Cuando traiga una ofrenda al Señor de tu ganado o rebaño (ya sea un holocausto, un sacrificio para cumplir una promesa que hiciste, o una ofrenda de libre albedrío o de fiesta) que sea aceptable para el Señor,
Ofrecerás el segundo cordero por la tarde antes de que oscurezca, junto con las mismas ofrendas de grano y bebida que por la mañana. Es un holocausto aceptable para el Señor.
Presenta tus holocaustos, la carne y la sangre, en el altar del Señor tu Dios. La sangre de tus otros sacrificios se derramará junto al altar del Señor tu Dios, pero se te permitirá comer la carne.
¡Porque yo tengo de todo, incluso más de lo que necesito! Estoy agradecido por haber recibido de parte de Epafrodito las cosas que me enviaron. Son como un sacrificio con dulce aroma que agrada a Dios y él aprueba.