Cuando llegaron al lugar que Dios les había mostrado, Abraham construyó un altar y puso sobre él la leña. Entonces amarró a su hijo Isaac y lo puso sobe el altar sobre la madera.
Colocó la madera en su lugar, cortó el buey en pedazos y lo puso sobre la madera. Luego les dijo: “Llenen de agua cuatro tinajas grandes y viértanla sobre la ofrenda y la madera”.
David construyó allí un altar al Señor y presentó holocaustos y ofrendas de amistad. Invocó al Señor en oración, y el Señor le respondió con fuego del cielo sobre el altar del holocausto.
También dispuse que se suministrara madera para el altar en los tiempos especificados, y que se donara la primera parte de los productos. Dios mío, acuérdate de mí favorablemente.
Un fuego salió de la presencia del Señor y quemó el holocausto y las porciones de grasa en el altar. Cuando todos vieron esto, gritaron de alegría y cayeron con el rostro en el suelo.
Desearía que uno de ustedes cerrara las puertas del Templo, y así cesen sus hogueras sin sentido sobre mi altar! No estoy agradado con ustedes, dice el Señor Todopoderoso, y no aceptaré ofrendas de parte de ustedes.