Lavarás las entrañas y las piernas con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar como un holocausto, una ofrenda de comida, para ser aceptada por el Señor.
El Señor aceptó tal sacrificio, y dijo para sí mismo: “No volveré a maldecir a la tierra por culpa de los seres humanos, aunque cada uno de sus pensamientos sea perverso desde su niñez. Y no volveré a destruir a los seres vivos como lo acabo de hacer.
También hizo diez pilas sobre carros para lavar. Colocó cinco en el lado sur y cinco en el norte. Se usaban para limpiar lo que se usaba en los holocaustos, pero el Mar lo usaban los sacerdotes para lavarse.
Lavarás las entrañas y las piernas con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar como una ofrenda quemada, una ofrenda de comida, para ser aceptada por el Señor.
y llévaselo a los hijos de Aarón, los sacerdotes. El sacerdote tomará un puñado de la mezcla de harina y aceite de oliva, así como todo el incienso, y lo quemará como un ‘recordatorio’ en el altar, una ofrenda de comida, agradable al Señor.
Los hijos de Aarón deben quemar esto en el altar sobre la ofrenda quemada que está sobre la madera ardiente, como una ofrenda de comida, agradable al Señor.
Le quitará toda su grasa como la grasa de las ofrendas de paz y la quemará en el altar y será aceptada por el Señor. De esta manera el sacerdote expiará el pecado del hombre y será perdonado.
Lavó las entrañas y las piernas con agua y quemó todo el carnero en el altar como una ofrenda quemada, una ofrenda de comida para ser aceptada por el Señor, como el Señor le había ordenado a Moisés.
Cuando traiga una ofrenda al Señor de tu ganado o rebaño (ya sea un holocausto, un sacrificio para cumplir una promesa que hiciste, o una ofrenda de libre albedrío o de fiesta) que sea aceptable para el Señor,
Ofrecerás el segundo cordero por la tarde antes de que oscurezca, junto con las mismas ofrendas de grano y bebida que por la mañana. Es un holocausto aceptable para el Señor.
Presenta tus holocaustos, la carne y la sangre, en el altar del Señor tu Dios. La sangre de tus otros sacrificios se derramará junto al altar del Señor tu Dios, pero se te permitirá comer la carne.