(Por eso, aún hoy, los israelitas no se comen el tendón del muslo que está unido a la cuenca de la cadera, porque ahí es donde el hombre golpeó la cuenca de la cadera de Jacob).
“Maldice a Meroz,” dice el ángel del Señor. “Maldice totalmente a los que viven allí, porque se negaron a venir a ayudar al Señor, a ayudar al Señor contra los poderosos enemigos.”
¿Por qué habría de tomar el pan y el agua que he suministrado, y la carne que he sacrificado para mis esquiladores, y entregárselos a estos extraños? ¡Ni siquiera sé de dónde son!”.