Ustedes, que van montados en asnos blancos, sentados en cómodas mantas, viajando por el camino, observen
¡Cántenle a él, canten alabanzas; cuéntenle a todos las grandes cosas que ha hecho!
Digan cuán maravilloso es en frente de toda la congregación y de los ancianos.
Alabarán la gloria de tu reino, y hablarán de tu poder.
Ellos hablarán de tu majestad, de tu glorioso esplendor, y yo meditaré en las maravillas que has hecho.
Será una inspiración para que los jueces hagan lo correcto, y animará a los que combatan los ataques a la puerta.
Que se alisten las naciones, y vengan al valle de Josafat, porque allí me sentaré a hacer el juicio de todas las naciones.
Tenía treinta hijos que montaban treinta asnos. Tenían treinta ciudades en la tierra de Galaad, que hasta hoy se llaman las Ciudades de Jair.
Tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que montaban setenta asnos. Dirigió a Israel como juez durante ocho años.