“¡Vamos a atacarlos!”, interrumpieron los hombres. “¡Hemos inspeccionado el terreno y es excelente! ¿No harán algo? ¡No se tarden en ir y ocupar el terreno!
El rey de Israel había dicho a sus oficiales: “¿No se dan cuenta de que Ramot de Galaad nos pertenece realmente y sin embargo no hemos hecho nada para recuperarla del rey de Aram?”
Entonces Caleb pidió silencio mientras la gente se paraba delante de Moisés y les decía: “Vamos a tomar la tierra. Podemos conquistar el país, ¡sin duda!”
No se preocupen por la comida que perece, sino concéntrense en la comida que permanece, la de la vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre, porque Dios el Padre ha colocado su sello de aprobación en él”.
Entonces Josué les preguntó a los israelitas: “¿Hasta cuándo seguirán siendo reacios a ir a tomar posesión de la tierra que el Señor le dio a sus antepasados?
¡Sean valientes y luchen como verdaderos hombres, filisteos! De lo contrario, terminarán como esclavos de los israelitas, tal como ellos fueron sus esclavos. Sean hombres de verdad y luchen”.