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Referencias Cruzadas
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Juan 7:35

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Los judíos se decían unos a otros: “¿A dónde irá que no podremos encontrarlo? ¿Acaso está planeando irse donde están las personas dispersas entre los extranjeros, y les enseñará a ellos?

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29 Referencias Cruzadas  

El Señor reconstruirá Jerusalén y reunirá al pueblo que ha sido esparcido.

En ese momento la raíz de Isaí se erigirá como un estandarte para las naciones. Los extranjeros vendrán a él, y el lugar donde vive será glorioso.

Levantará un estandarte para las naciones y reunirá al pueblo exiliado de Israel; reunirá al pueblo disperso de Judá desde los confines de la tierra.

Él dice: “No es gran cosa que seas mi siervo para hacer volver a las tribus de Jacob, a ese pueblo de Israel que he conservado. También voy a hacer de ti una luz para los extranjeros, para que mi salvación llegue a todos”.

Esto es lo que dice el Señor Dios, que hizo volver al pueblo disperso de Israel: Haré volver a otros para unirse a ti.

Desde lejos los ríos de Etiopía, mi pueblo esparcido, mis adoradores, vendrán a traerme sus ofrendas.

Y los gentiles pondrán su confianza en él”.

Él es la luz que te mostrará ante las naciones, la gloria de tu pueblo Israel”.

Sucedió que unos griegos habían venido a adorar durante la fiesta.

Después de esto, Jesús se dedicó a ir de un lugar a otro, por toda Galilea. Él no quería hacer lo mismo en Judea porque los judíos intentaban matarlo.

Los judíos preguntaban en voz alta: “¿Acaso va a matarse a sí mismo? ¿Es eso a lo que se refiere cuando dice ‘adonde yo voy ustedes no pueden ir’?”

Después de escuchar esta explicación, no volvieron a discutir con él, y alababan a Dios, diciendo: “Ahora Dios ha concedido también a los extranjeros la oportunidad de arrepentimiento y de tener vida eterna”.

Pero cuando algunos de ellos que eran de Chipre y Cirene llegaron a Antioquía, comenzaron a predicar la buena noticia también a los griegos, hablándoles acerca del Señor Jesús.

En Iconio ocurrió lo mismo: Pablo y Bernabé fueron a la sinagoga judía y hablaron con tanta seguridad que muchos adoradores, tanto de habla griega como judíos, creyeron en Jesús.

Y algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y a Silas, junto con muchos adoradores griegos y algunas mujeres influyentes de la ciudad.

Y Pablo debatía en la sinagoga cada sábado, convenciendo tanto a griegos como a judíos.

A ellos les han dicho que tú enseñas a los judíos que viven entre los extranjeros a que ignoren la ley de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos y que no sigan nuestras costumbres.

“Y el Señor me dijo: ‘Sal ahora, porque yo te voy a enviar muy lejos, donde están los extranjeros’”.

Sin lugar a dudas, no me avergüenzo de la buena noticia, porque es poder de Dios para salvar a todos los que creen en él, primero a los judíos, y luego a todos los demás también.

Esta gracia me fue dada a mí, al menos importante de todos los cristianos, con el fin de compartir con los extranjeros el increíble valor de Cristo,

Dios quiso darles a conocer la gloriosa riqueza de este misterio a las naciones: ¡Cristo viviendo en ustedes es la gloriosa esperanza!

Fui designado para compartir este mensaje y ser su mensajero, ser un maestro para los extranjeros sobre la fe en Dios y la verdad (no miento, digo la verdad).

Fui designado como predicador, apóstol y maestro de esta buena noticia.

Esta carta viene de parte de Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo. Es enviada a las doce tribus dispersas en el extranjero. ¡Mis mejores deseos para ustedes!

Esta carta viene de Pedro, apóstol de Jesucristo, y es enviada al pueblo escogido de Dios: a los exiliados que están dispersos por todas las provincias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia, y Bitinia.




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