Por la fuerza y una sentencia de muerte fue asesinado —¿a quién le importaba lo que le ocurriera? Lo ejecutaron, lo sacaron de la tierra de los vivos; lo mataron por la maldad de mi pueblo.
Mira, se acerca el momento, declara el Señor, en que elegiré a un descendiente de David que haga lo correcto. Como rey gobernará con sabiduría y hará lo que es justo y correcto en todo el país.
Su líder será de su propio país, su gobernante será elegido de entre ellos. Lo invitaré a acercarse a mí, y lo hará, porque ¿se atreverá alguien a acercarse a mí sin que se lo pida? declara el Señor.
Pero de ti, Belén Efrata, (aunque eres solamente un lugar pequeño en Judá), nacerá un gobernante de Israel que hará mi voluntad. Su existencia es desde la eternidad pasada.
¿Acaso no es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven sus hermanas entre nosotros?” Entonces se sintieron ofendidos y lo rechazaron.
Y todos expresaron su aprobación hacia él, asombrados por las palabras que salieron de sus labios. “¿Acaso no es este el hijo de José?” se preguntaban ellos.
Ellos dijeron: “¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo es que ahora puede decirnos ‘yo descendí del cielo’?”