“¿Estás celoso de mi reputación?” respondió Moisés. “¡Deseo que cada uno en el pueblo del Señor sea profeta y que el Señor les dé su espíritu a todos!”
Cuando Jesús escuchó la noticia dijo: “El resultado final de esta enfermedad no será la muerte. A través de esto, será revelada la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios sea glorificado”.
Jesús respondió: “Si yo me glorifico a mí mismo, mi Gloria no significa nada. Pero es Dios mismo quien me glorifica, el mismo del cual ustedes dicen ‘Él es nuestro Dios’.
Nuestra intención no era ganar la alabanza de nadie, ni la de ustedes, ni la de los demás. Nos hubiéramos convertido en un “carga” para ustedes como mensajeros de Cristo;
Todo el que hable, hágalo como si Dios hablara a través de él. Todo aquél que quiera ayudar a otros, hágalo por medio de la fuerza que Dios le da, para que en todo Dios sea glorificado por medio de Jesucristo. Que la gloria y el poder sean suyos por siempre y para siempre. Amén.