Pero los marineros por el contrario trataron de remar y regresar a la orilla, pero no pudieron, porque el mar estaba muy embravecido a causa de la tormenta que se hacía más fuerte.
Incluso cuando el niño se aproximaba, el demonio lo hizo convulsionar, lanzándolo al suelo. Pero Jesús intervino, reprendiendo al espíritu maligno y sanando al niño, y luego lo entregó de vuelta a su padre.
Y fueron pisoteadas en el lagar, afuera de la ciudad. Y del lagar brotaba sangre que llegaba hasta los frenos de un caballo, y hasta una distancia de 1.600 estadios.
La ciudad era cuadrada. La longitud era la misma que la anchura. Midió la ciudad con una vara, y era de 12:000 estadios. La longitud, la anchura y la altura, eran iguales.