Entonces ellos recogieron todo y llenaron doce canastas con los trozos de los cinco panes que las personas habían comido.
Así que les sirvió el pan. Comieron y les sobró, tal como había dicho el Señor.
Amasías le preguntó al hombre de Dios: “¿Pero qué hay de los cien talentos de plata que pagué al ejército de Israel?” “¡El Señor puede darte mucho más que eso!”, respondió el hombre de Dios.
Todos comieron hasta que quedaron saciados. Entonces los discípulos recogieron las sobras y llenaron doce canastas.
“Hay un niño aquí que tiene cinco panes de cebada y un par de peces, pero ¿de qué sirve eso si hay tantas personas?”
¡Mi Dios suplirá todas las cosas que ustedes necesiten, conforme a sus riquezas gloriosas en Cristo Jesús!