Jesús tomó el pan, dio gracias, y lo repartió entre las personas que estaban ahí sentadas. Luego hizo lo mismo con los peces, asegurándose de que todos recibieran tanto como querían.
Entonces tomó los siete panes y los peces, y después de bendecir la comida, la partió en trozos y la dio a los discípulos, y los discípulos la daban a la multitud.
Los que respetan un día especial, lo hacen para el Señor; y los que comen sin preocupaciones, lo hacen también, puesto que dan las gracias a Dios; mientras tanto, los que evitan comer ciertas cosas, también lo hacen para el Señor, y del mismo modo, dan gracias a Dios.
Cuando entren a la ciudad podrán encontrarlo antes de que suba a comer en lugar de adoración. El pueblo no comerá antes de que él haya llegado, porque él tiene que bendecir el sacrificio. Después comerán los que han sido invitados. Si se van ahora, lo alcanzarán”.