“Señor”, respondió el hombre enfermo, “No tengo a nadie que me ayude a entrar al estanque cuando el agua es agitada. Mientras trato de llegar allí, alguien llega primero que yo.”
¿Acaso no concuerdan conmigo en que hay muchos corredores en una carrera, pero solo uno recibe el premio? ¡Entonces corran de la mejor manera posible, para que puedan ganar!
El Señor va a reivindicar a su pueblo; será misericordioso con sus siervos cuando vea que no les quedan fuerzas y que todos se han ido, ya sean esclavos o libres.