y esta es la evidencia de que el Padre me envió. El Padre que me envió, Él mismo habla en mi favor. Ustedes nunca han escuchado su voz y nunca han visto cómo es Él,
Aunque se muestre la gracia a los malvados, no aprenderán a hacer lo correcto. Incluso en un país donde la gente hace lo que es correcto, siguen haciendo el mal y no se olvidan de la grandeza del Señor.
Mientras Pedro aún hablaba, una nube brillante los cubrió. Entonces se escuchó una voz que salía desde la nube, que decía: “Este es mi hijo a quien amo, el cual me complace. Escúchenlo”.
y el Espíritu Santo descendió sobre él, tomando forma de una paloma. Y una voz salió del cielo, diciendo: “Tú eres mi hijo, al que amo. Estoy realmente complacido de ti”.
Jesús respondió: “He estado con ustedes por tanto tiempo, Felipe, ¿y sin embargo aún no me conoces? Todo el que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decir ‘muéstranos al Padre’?
Si yo no les hubiera dado una demostración mediante cosas que nadie ha hecho antes, ellos no serían culpables de pecado; pero a pesar de haber visto todo esto, me odiaron a mí y también a mi Padre.
No se preocupen por la comida que perece, sino concéntrense en la comida que permanece, la de la vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre, porque Dios el Padre ha colocado su sello de aprobación en él”.
Los que dicen: “Yo amo a Dios”, pero odian a su hermano o hermana en la fe, son mentirosos. Los que no aman a un hermano al que pueden ver, no pueden amar a Dios, a quien no ven.
Si aceptamos la evidencia que dan los testigos humanos, entonces la evidencia que da Dios es más importante. La evidencia que Dios da es su testimonio sobre su Hijo.