Entonces la gente se fue de la ciudad para verlo.
¿Qué son estos que vuelan como una nube, que vuelan como palomas que regresan a su nido?
De esta manera, los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos”.
“¡Vengan y conozcan a un hombre que me dijo todo lo que he hecho! ¿Podría ser este el Mesías?”
Mientras tanto, los discípulos de Jesús estaban insistiéndole: “¡Maestro, come algo, por favor!”
Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él porque la mujer dijo “Él me dijo todo lo que yo he hecho”.
Así que de inmediato envié a buscarte, y me complace que hayas venido. Por eso estamos todos aquí, reunidos delante de Dios, listos para escuchar todo lo que el Señor te ha dicho”.
Y cuando salían, la gente les suplicaba que les explicaran más el siguiente sábado.
“Por lo tanto, sepan que esta salvación que viene de Dios ha sido enviada a los extranjeros y ellos escucharán”.
Pues cuando se introdujo la ley, el pecado se hizo más evidente. ¡Pero aunque el pecado se volvió más evidente, la gracia se volvió más evidente aun!